lunes, 15 de marzo de 2010

Erasmo in Spagna e i dialoghi spagnoli della prima metà del XVI sec.

L’influenza di Erasmo sulla spiritualità spagnola è innegabile. Ma esiste anche una filiazione sulla letteratura profana dell’epoca di Carlo V. Il fiorire dei dialoghi, ad esempio, affonda le sue radici anche nella diffusione del pensiero di Erasmo che, con i Colloquia, aveva dato nuovo impulso al genere dialogico come modello di riflessione critica e filosofica, oltre che come mero esercizio di apprendimento scolastico. Infatti, se il 'colloquio erasmiano' ha un punto di partenza molto modesto nel ‘colloquio scolastico’, il metodo attraverso il quale si offrivano ai futuri umanisti modelli di conversazione in lingua latina -secondo l'ideale linguistico che considerava il latino non solo una lingua scritta ma anche viva, parlata-, Erasmo si era proposto di dare a queste conversazioni eleganti e familiari una materia più ricca di quella che normalmente confluiva nei colloqui scolastici. I suoi dialoghi sono conversazioni sui costumi,dell'epoca, intrise di allusioni agli avvenimenti politici, di dardi satirici, confidenze, ricordi e dibattiti che ruotavano intorno alle questioni più calde del tempo, e che indicavano certe tipologie di individui o categorie umane, ad esse connesse. Proprio per questo i colloqui divennero ben presto dei libri pericolosi: considerati libri polemici e satirici, saranno presto destinati alla proibizione. Erasmo è, a tutti gli effetti un Luciano moderno: la sua ironia è la versione attualizzata dell'ironia, dell'ingengo filosofico, della secca ed elegante fantasia di Luciano di Samosata, che Erasmo lesse e tradusse.
Quali sono, in Spagna, i principali esempi di questa vena satirico-critica del dialogo erasmiano?
Intorno al 1553, a Valladolid, si compone il
Crotalón, opera di Cristophoro Gnophoso, natural de la insula Eutrapelia, una de las insulas Fortunadas. Per alcuni il nome dell'autore nasconde quello si Cristóbal Villalón [Cristophoro trasposizione erudita di Cristóbal], umanista di Valladolid che studia ad Alcalá de Henares e a Salamanca (dove conobbe l'umanista Pérez de Oliva, autore del Diálogo de la dignidad del hombre), la cui opera conta di queste pubblicazioni:

- la
Tragedia de Mirrha
-
La Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente (1539);
- Lo
Scholastico, un dialogo che verte sulla formazione dell'uomo perfetto (perfetto discepolo, perfetto maestro, perfetto cittadino)
- Una
Gramatica castellana (1558)

Il
Crotalón racconta le conversazioni tra il calzolaio Micilo e il suo gallo che dimostra di aver avuto un’esistenza veramente avventurosa, al pari di quella degli eroi di un romanzo picaresco. Non una vita, ma mille esistenze, dovute alle sue molteplici reincarnazioni. Questo dialogo sarebbe rimasto un unicum nella storia dei dialoghi del sec. XVI se non ci fosse pervenuto il Diálogo de las transformaciones de Pitágoras, un'altra finzione lucianesca di uno spirito penetrato di erasmismo.
A Villalón è stata anche attribuita la scrittura di un'opera che, assieme ai dialoghi di Alfonso de Valdés, è da considerarsi uno dei più brillanti dialoghi della letteratura spagnola anteriore al
Coloquio de los perros di Miguel de Cervantes: El viaje de Turquía (la Odisea de Pedro de Urdemalas).
Un dialogo tra Pedro de Urdemalas (l’Ulisse spagnolo, che Cervantes consacrerà come eroe della sua
pièce omomima), Juan de Voto a Dios e Mátalascallando. Juan de Voto a Dios è un chierico ipocrita che approfitta della devozione dei semplici per arricchirsi, cui sottrae denaro con il pretesto di fondare ospedali e asili per i poveri; Mátalascallado è il suo compagno e astuto interlocutore [deriva il suo nome dall'espressione ‘matarlas en el aire’ che si applica all’uomo acuto e cortigiano].
Il libro si apre con un loro dialogo sul cammino francese, animato da un viavai di pellegrini. All’improvviso si avvicina loro uno strano pellegrino, Pedro, che si dirige loro in greco. Riconosciuto come un vecchio compagno di studio dell'Università di Alcalá, Pedro de Urdemalas ha fatto ritorno dalla terra dei Turchi, dove era stato prigioniero. Si apre così un dialogo tra i tre personaggi che è stato qualificato di anti-dialogo, che smaschera l'
insipientia e la falsa devozione di Juan de Voto a Dios:


[PASSO LETTO A LEZIONE]

JUAN.-Pues la mejor invención de toda la comedia está por ver; ya me maravillava que hubiese camino en el mundo sin fraires. ¿Vistes nunca al diablo pintado con ábitos de monje?

MATA.-Hartas vezes y quasi todas las que le pintan es en ese hábito, pero vibo, ésta es la primera; ¡maldiga Dios tan mal gesto! ¡valdariedo, saltatrás, Jesús mill vezes! El mesmo hábito y barba que en el infierno se tenía debe de haber traído acá, que esto en ninguna orden del mundo se usa.

JUAN.-Si hubieses andado tantas partes del mundo como yo, no harías esos milagros. Hágote saber que hay mill quentos de invenciones de fraires fuera d'España, y este es fraire estrangero. Bien puedes aparejar un Dioste ayude, que hazia nosotros endreça su camino.

MATA.-Siempre os holgáis de sacar las castañas con la mano ajena. Si sacáis ansí las ánimas de purgatorio, buenas están. Abran hucia.

JUAN.-Deogracias, padre.

PEDRO.-Metania .

MATA.-¿Qué dize?

JUAN.-Si queremos que taña.

MATA.-¿Qué tiene de tañer?

JUAN.-Alguna çinfonía que debe de traer, como suelen otros romeros.

MATA.-Antes no creo que entendistes lo que dixo, porque no trae aun en el ábito capilla quanto más flauta ni guitarra. ¿Qué dezís, padre?

PEDRO.-O Theos choresi.

MATA.-Habla aquí con mi compañero, que ha estado en Jerusalem y sabe todas las lenguas.

JUAN.-¿De qué paris estar bos?

PEDRO.-Ef logite pateres.

JUAN.-Dice que es de las Italias, y que le demos por amor de Dios.

MATA.-Eso también me lo supiera yo preguntar; pues si es de las Italias ¿para qué le habláis negresco? Yo creo que sacáis por discreción lo que quiere, más que por entendimiento. Ahora yo le quiero preguntar: Dicatis socis latines?

PEDRO.-Oisque afendi.

MATA.-¡Oíste a bos! ¿Cómo, puto, pullas me echáis?

PEDRO.-Grego agio Jacobo.

MATA.-Mala landre me dé si no tengo ya entendido que dize que es griego y ba a Santiago.

JUAN.-Más ha de media hora que le tenía yo entendido, sino que disimulaba, por ver lo que vos dixerais.

MATA.-Más creo que ha más de veinte años que lo disimuláis; sois como el tordo del ropavejero nuestro vezino, que le pregunté un día si sabía hablar aquel tordo, y respondióme que también sabía el Pater noster, como la Abe Maria. Yo para mí tengo que habláis también griego como turquesco.

JUAN.-Quiero que sepáis que es vergüenza pararse hombre en medio el camino a hablar con un pobre.

MATA.-Bien creo que os será harta vergüenza si todas las vezes han de ser como ésta; mas yo reniego del compañero que de quanto en quanto no atrabiesa un trumpho. Debéis de saber las lenguas en confessión.

JUAN.-¿En qué?

MATA.-En confussión, porque como sabéis tantas, se deben confundir unas con otras.

JUAN.-Es la mayor verdad del mundo.

PEDRO.-Agapi Christu elemosini.

JUAN.-Dize que...

MATA.-Dalde vos, que ya yo entiendo que pide lismosna. ¿Queríais ganar onrra en eso conmigo? Cristo, limosna ¿quién no se lo entiende? Las berzeras lo costruirán. Preguntalde si sabe otra lengua.

JUAN.-¿Saper parlau franches o altra lingua?

MATA.-Más debe saver de tres, pues se ríe de la grande necedad que le paresce haber vos dicho con tanta ensalada de lenguas.

JUAN.-El aire me da que hemos de reñir, Mátalascallando, antes que volbamos á casa.

MATA.-¡Cómo! ¿Tengo yo la culpa de que esotro no entienda?

JUAN.-Yo juraré en el ara consagrada que no sabe, aunque sepa cient lenguas, otra más elegante que ésta.

MATA.-Eso sin juramento lo creo yo, que él no sabe tal lengua, que por eso no responde.

JUAN.-Pues que estáis hecho un spíritu de contradictión, ¿sabrá ninguno en el mundo, agora que me lo hazéis dezir, hablar donde Juan de Voto a Dios habla?

MATA.-No por cierto, que aun en el mundo no se debe hablar tal lenguaje.

PEDRO.-No pase más adelante la riña, pues Dios por su infinita bondad (el qual sea vendito por siempre jamás) me ha traído a ber lo que mis ojos más han deseado, después de la gloria, ¡Oh mis hermanos y mi bien todo!

JUAN.-Deo gracias, padre, tenéos allá, ¿quién sois?

MATA.-¡Hideputa, el postre! ¡Chirieleison, chirieeleison! Bien deçía yo que éste era el diablo. ¡Per signum crucis atrás y adelante!

JUAN.-Esperadme, hermano, ¿dónde vais? ¿qué ánimo es ése?

MATA.-No oigo nada; ruin sea quien volbiere la cabeza; en aquella ermita si quisieres algo.

JUAN.-Tras nosotros se viene; si él es cosa mala, no puede entrar en sagrado; en el humilladero le espero; y si es diablo, ¿cómo dezía cosas de Dios?; acá somos todos.

MATA.-Agora venga si quisiere.

JUAN.-De parte de Dios nos di quién eres o de qué parte somos tus hermanos.

PEDRO.-Soy muy contento si primero me dais sendos abrazos. Nunca yo pensé que tan presto me pusierais en el libro del olvido. Aunque me veis en el ábito de fraire peregrino, no es ésta mi profesión.





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